Piensen en la primera vez que escucharon el término ‘noticias falsas’; probablemente hayan sido contadas por Donald Trump en su campaña para presidente en 2016. Pero aunque el término era nuevo para la mayoría de las personas incluso hace dos años, el concepto les es dolorosamente familiar a la comunidad LGBT; muches crecieron escuchando rumores desagradables y susurrados de sus compañeres de escuela, o leyendo mentiras sobre temas LGBT en los medios de comunicación cada vez que se “debatían” los derechos LGBT.
Pero las noticias falsas y la desinformación están ahora en aumento, sobrecargadas por las redes sociales y usadas como armas por les líderes autoritaries y la extrema derecha en todo el mundo. Y, lamentablemente, está empezando a quedar claro que la comunidad LGBT, junto con otros grupos minoritarios, son uno de los principales objetivos. Ahora más que nunca, necesitamos saber por qué y con qué propósito.
El resultado decepcionante del reciente referéndum sobre el matrimonio igualitario en Taiwán muestra cómo, principalmente, las noticias falsas se utilizan para socavar la lucha por los derechos LGBT. Y este siempre ha sido el caso. Siempre que el progreso intenta dar un paso hacia adelante, siempre hay quienes tienen como objetivo difundir mentiras sobre la comunidad LGBT. Serían ridículos si no fueran tan dañinos.
Tomemos como ejemplo el reciente referéndum rumano: para intentar prohibir el matrimonio igualitario, los carteles y anuncios de la campaña instaban a la gente a votar en contra del mismo o, de lo contrario, las parejas homosexuales robarían a sus hijes.
Incluso cuando parece haber habido un avance, las noticias falsas continúan, y perpetradas por aquelles que quieren hacer retroceder el camino a la igualdad, que rara vez es un camino de un solo sentido.
Pero si bien los ataques contra las personas LGBT son a menudo el blanco de las fake news, cada vez mas frecuentemente se convierten en la parte mas visible de una lucha que es más amplia y que tiende a impulsar la polarización y avivar los temores sobre la política progresista en general. Las personas LGBT son considerades chives expiatories para tratar de generar que las personas se dirijan su apoyo a los líderes autoritarios o de extrema derecha.
Solo hace falta mirar las recientes elecciones brasileñas, en las que un ex militar de extrema derecha ganó la presidencia. Las falsas noticias, difundidas sobre todo a través de WhatsApp, jugaron un gran papel en dicho resultado. Una de las principales historias difundidas por les simpatizantes de Bolsonaro fue que su oponente había encargado la distribución de “kits gay” para las escuelas con el objetivo de convertir a les alumnes en homosexuales. Se trataba de una referencia a una propuesta real del Partido de les Trabajadores de Haddad para lanzar un programa “Brasil sin homofobia” en los colegios, en el que una gran parte consistía en distribuir materiales contra la discriminación a les maestres.
Es ahora que estamos viviendo en la era del populismo, pero desafortunadamente Brasil marca un preocupante presagio sobre lo que está por venir. Sabemos que vamos a encontrarnos con más de esto en las elecciones nacionales, y les progresistas tendrán que prepararse acorde a ello.
Tambien podemos esperar más de aquello a nivel internacional, porque la utilización por parte de los regímenes autoritarios de falsas noticias sobre personas LGBT en el tablero de ajedrez de la diplomacia internacional va en aumento. Una cortina rosa está apareciendo a lo largo del mundo, dividiendo al apoyo a los derechos LGBT (y la democracia liberal) por un lado, y autoritarios reaccionarios como Putin y Erdogan por el otro. Demonizan a la homosexualidad y la describen como un símbolo de un Occidente corrupto e inmoral. Por lo tanto, a nivel internacional, las noticias falsas sobre las personas LGBT se utilizan para incentivar al odio contra les homosexuales y desplegarlo para socavar las ideas de los derechos humanos universales y construir alianzas que puedan hacer retroceder la influencia occidental.
El tema de las noticias falsas no es nuevo. Tampoco lo son las mentiras y la desinformación contra las personas LGBT. Sin embargo, eso no significa que nos estemos enfrentemos a ” los negocios de siempre”. Frecuentemente, la comunidad LGBT es el canario en la mina de carbón; son elles les que sufren primero cuando la política toma un giro nuevo y peligroso y ahora no es la excepción. Las falsas noticias son usadas como armas y las personas LGBT están directamente en la línea del fuego.