El poder de la narración (storytelling)

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Storytelling es la forma más antigua de educación. Como ya hemos señalado, las historias se han utilizado en todo el mundo como una forma de transmitir creencias, lecciones, tradiciones, cultura e historias de generación en generación desde que las personas viven en sociedad.

Recordamos historias porque apelan a la capacidad innata de nuestro cerebro para crear asociaciones y significados, para encontrar conexiones entre personas y eventos. Las historias también son más memorables que las listas de hechos porque invariablemente son multisensoriales en naturaleza, estimulan nuestra imaginación en todos los niveles y esto, de nuevo, refleja la forma en que funciona el cerebro humano.

Las historias nos involucran emocionalmente y, como casi todos disfrutan de una buena historia bien contada, hacen que el aprendizaje sea agradable. Las historias también contienen humanidad. No importa cuál sea el contenido o los personajes involucrados, nos recuerdan y refuerzan lo que significa ser humano, lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto, la inevitabilidad de la influencia y el cambio. Las historias nos unen en torno a una necesidad, un principio u oportunidad desafiante. Las historias son comunitarias. Nos animan a considerar las perspectivas de los demás, a perseguir nuestras responsabilidades sociales y a valorar el poder de la comunicación.

Las historias también nos ayudan a entender, recordar y organizar la información. Involucran nuestra imaginación y afectan nuestra actitud y estado emocional. Nos animan a asociarnos con las personas y los eventos dentro de la historia y se pueden utilizar para resaltar modelos a seguir, ejemplos de comportamiento deseado y posibles consecuencias. Las historias han jugado y siguen jugando un papel vital en todos los países y culturas del planeta. Son el núcleo de lo que nos hace humanos, por ello son el corazón de cada campaña.